“El conflicto es inherente a la vida, no hay que huir ni temerlo, hay que conectar y profundizar”

Susana Martín Cuezva

El 8 de marzo es el día internacional de las mujeres, fecha insigne para celebrar y reivindicar los esfuerzos diarios de una sociedad por conseguir la igualdad de género. La fuerza teórica que ha generado este movimiento social histórico internacional se llama feminismo. Uno de los terrenos base para concienciar y sensibilizar sobre la equidad de género es la educación y nuestra remista Susana Martín lo hace a través de la psicoescénica con su proyecto Teatro que Cura. Hoy están recuperando el trabajo presencial con los adolescentes, con todas las medidas sanitarias, en los municipios y sus centros educativos. También lo hacen con grupos de adultos, parejas o colectivos y no se han resistido a abrir el formato on line para salvar las distancias. Su gran sueño es crear una escuela de psicoescénica para multiplicar sus efectos beneficiosos. 

¿Cuál crees que son los avances y los retos para abordar las relaciones de género?

Creo que hemos conseguido que la violencia de género nos concierna a todos, pero seguimos inmersos en una incapacidad para gestionar las emociones. Hay saturación de información y de discurso mental y la polarización arrasa con todo: o blanco o negro, los buenos y los malos,  feminismo o machismo. Se necesita salir de las etiquetas y entrar en lo vivencial, con herramientas para expresar lo que se siente y saber manejar los conflictos en cualquier aspecto de la vida. Nos sigue preocupando que se copien modelos violentos para dar salida a los conflictos internos o cómo lo sutil se sigue transmitiendo por generaciones. La desigualdad de género hay que desmontarla pero también desaprenderla aún por quien hace concesiones. No es cosa del pasado.  

Susana Martín Cuezva. Fundadora y directora del Teatro que Cura.

¿Qué consigue la psicoescénica en los conflictos de género?

Es un método de intervención social que combina el teatro como herramienta educativa y la gestalt como metodología que hace vivenciar el aquí y ahora sobre una situación planteada. Ayuda a actuar y resolver con el otro, en contacto con lo que se siente. Podemos observar como ella no hace lo que él quiere para que no se enfade, pero en ella subyace una sentimiento de rabia, enfado o tristeza. El conflicto es inherente a la vida, no hay que huir ni temerlo, hay que conectar y profundizar. Aquí entraremos en un lugar de respeto y autenticidad, nos hacemos protagonistas y responsables, la culpabilidad o el victimismo nos encierra.

La violencia de género es otro virus que enferma a nuestra sociedad…vuestro trabajo consiste en prevenir y curar….

Yo digo que como todos los virus, es invisible y silencioso, porque llega y te puede matar sin que a veces te des cuenta. Por esto, hay que nombrarlo y ponerle cara. Hay jóvenes que han naturalizado situaciones de riesgo y cuando ven en una escena lo que han vivido sufren un revulsivo.  Necesitan conocer las fases de la violencia de género, no solo la física, sino también la toxicidad, la asfixia y el daño a la autoestima. También hay que trabajar con todos los colectivos vulnerables LGTB+ (lesbianas, gays, transgéneros, bisexuales y otros) para que tengan su sitio en el aula. Es urgente e idóneo intervenir desde la coeducación con los adolescentes entre 13 y 17 años, para profundizar en el contacto, la intimidad…y la psicoescénica cura y ayuda con la práctica del silencio, la escucha, la empatía y el trabajo en equipo.

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Lucia Oliveras

Autora: Lucía Ruiz Oliveras. Periodista.

Grupo de Comunicación Rem.

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